miércoles, 3 de agosto de 2011

CARTA DE UNA LESBIANA A BENEDICTO XVI



Tal vez ahora que el PAPA se acerca a Madrid y que tanto revuelo despierta es buen momento para revivir esta carta que hace tiempo escribí y que seguro que muchas personas se sienten identificadas con ella.


Su Santidad Benedicto XVI. Soy lesbiana, y gran admiradora de la vida de nuestro Señor Jesucristo y de su historia.
Es por eso que me dirijo a usted, quien le representa o tal vez quien se supone más cerca de él aquí en la tierra.
Como le digo, admiro lo que se supone hizo su señor Jesús en vida por todos los hombres, incluso por los que le insultaron, torturaron y los que se rieron de él.
su señor Jesús murió por salvar a todos los hombres, y creo que ese es el mayor acto de amor que se puede hacer, pero lo que más admiro es que entregó su vida para salvarnos a todos sin excepción ,y si digo sin excepción es porque al morir en la cruz Jesús nos dijo que moría por la salvación de los hombres ,no dijo muero por todos los hombres menos por los homosexuales.
su señor murió por todos, porque todos sin exclusión tenemos derecho a ser amados y amar por igual.
El amor es de todos y para todos, no tiene exclusividad, ni usted puede decir quién puede vivir en el amor y a quien debemos amar , el motivo de esta carta es rogarle
que se decida de una vez a bendecir la unión de tantos homosexuales que se unen por amor, por verdadero amor y deciden vivir el resto de sus vidas en unión amándose y respetándose como cualquier pareja heterosexual.

Si realmente usted es el representante de Dios y de su palabra en la tierra creo que estará de acuerdo en que todos somos iguales ante los ojos de Dios y no creo que usted se considere superior al mismo Dios celestial para negarse a darnos su bendición, cosa que Dios nos daría sin dudarlo .No olvide como le dije antes que Jesucristo fue capaz de morir por salvar a los hombres, incluso a los homosexuales sin distinción.

Le ruego, actúe en consecuencia a lo que predica y deje de hacer separaciones y distinciones entre los seres humanos, cosa que Dios tampoco haría nunca.

Así, pues no le molesto mas pues supongo que será un hombre ocupado con tantas almas que salvar en este mundo en que vivimos, tantos estómagos que llenar, tantos niños maltratados y en fin, toda esa cantidad de desgracias humanas que usted seguro conoce y hace todo lo posible por solucionar desde su humilde pobreza.

Me despido, quedando a la espera de su respuesta la cual no crea que espero recibir personalmente
Me conformo con ver a través de los medios de comunicación como una ciudadana mas entre los millones que habitamos este mundo en que vivimos que usted en nombre de Dios cuida y vela por todos por igual.

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