
Todo consiste en persistir, tener paciencia, y no renunciar a lo que uno desea.
Sobre todo y ante todo ser fiel a uno mismo, porque si en algún momento dejamos de ser fieles a nuestro yo interior nos sentiremos incómodos ansiosos y no podremos disfrutar de la paz interior, y si no tenemos paz interior no sabremos lo que es sentir la felicidad de estar en paz con uno mismo, y eso es la verdadera satisfacción de vivir y no el gran acaparamiento de cosas materiales.
Por muy dura que sea la lucha, por muchas veces que estemos al borde del abandono debemos seguir luchando por nuestros sueños sin renunciar nunca a conseguirlos porque lo que esta claro es que si nunca nos rendimos acabaremos por verlos cumplidos
2 comentarios:
Mucha razón tienes, querida Begoña. La vida en sí, es toda un sueño, un sueño con fecha de caducidad, pero que se transformará en otra vida y otros sueños. De vez en cuando me paseo por tu página, tan interesante, y que tantas visitas tiene, y un besazo muy fuerte.
Publicar un comentario